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ALAS DE MÉXICO

ALAS DE MÉXICO: UN BREVE ACERCAMIENTO TEÓRICO

AL FENÓMENO ESCULTÓRICO

UN ESTUDIO DE CASO


Javier Villaseñor Villarreal



El arte nos significa de manera constante. Siendo un lenguaje Universal, es el medio en el que nuestras ideas centrales, a lo largo de la historia, han sido representadas y asentadas. De esta manera, el espacio en el que las obras de arte han sido colocadas es de especial importancia, pues cada obra tiene, naturalmente, una aproximación social basada en su contexto, por ejemplo: una obra exhibida en un museo no es vista del mismo modo que si estuviese instalada en una galería o en un Espacio Público. A través de este breve artículo, pretendo acercarme a algunas de las implicaciones teóricas de esto último.


En primer lugar, comenzaré delimitando los antecedentes en los que me fundamento en relación a lo que entiendo por Espacio Público, estableciendo entonces aquella idea con la intervención de estos por medio de obras artísticas, finalizando en un ejemplo, basado en la obra de Jorge Marín como escultor. Los conceptos centrales a ser tratados a lo largo del texto serán, principalmente, Espacios Públicos, Arte en Espacios Públicos, Intervenciones Artísticas y multiculturalismo. Todos ellos, íntimamente relacionados con nuestra asimilación del arte en los espacios abiertos, lo que me lleva a un comentario final relativo al proceso de democratización del arte.


LA NATURALEZA DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS


Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en un ambiente urbano, ya sea en asentamientos planificados o en su forma incontenible de megalópolis, manchas urbanas. Estos espacios han hecho de sí mismos, sitios donde el territorio es relevante no por las interacciones y relaciones generadas entre los habitantes, sino por sus beneficios económicos y funcionales. Su diseño, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se ha enfocado en alejarse de la figura del paseante para dar preponderancia a la máquina; cosa grave, pues las ciudades son, por naturaleza, una marca contundente del paso del hombre por el mundo y así, esta naturaleza construida ha sido arrancada de la figura humana, constituyéndose como ambientes mecánicos. A este respecto, Julio Alguacil refiere a esta situación específica en su artículo Ciudad, ciudadanía y democracia urbana de la siguiente manera:


El ciudadano vive las tensiones urbanas con sensación de malestar e incomodidad y, por lo general, se siente desposeído de espacios abiertos en los que socializar su experiencia personal y cívica, disfrutar de emociones estéticas y ejercer el derecho a la convivencia y la participación social. (ciado en Gomez, 36-37, 2004)


Esto significa, someramente, que cada uno de los habitantes debe ejercer su derecho a vivir la ciudad plenamente. A este respecto, el arte se transforma en un medio propicio para reclamar un espacio que es nuestro por naturaleza, permitiendo que éste se relacione y encause relaciones significativas con su entorno. ¿Por qué? Esta es un pregunta válida, adecuada para profundizar un poco en las diferentes implicaciones de colocar una obra de arte en el Espacio Público; sin embargo, es primer relevante establecer qué es lo que entendemos por ello.

Muchas veces, Espacio Público es pensado como un sinónimo de la Esfera Pública, un término tratado profusamente por Jürgen Habermas, y cuyo entendimiento se asemeja a los usos e interacciones de la sociedad consigo misma. Con esto en consideración, Espacio Público tiene un significado mucho más profundo, definido por Toussaint y Zimmermann como


[...]un término polisémico que designa un espacio tanto metafórico como material. Como espacio metafórico, el espacio público es sinónimo de la esfera o el debate público. Como espacio material, los espacios públicos corresponden tanto a los puntos de encuentro e interacción social, como los sitios geográficos abiertos al público, y como a una categoría de accióni. (Citado en Gomez, 2004).


ARTE EN ESPACIOS PÚBLICOS


El arte implica una acción directa respecto al espacio, pues hace evidente la necesidad de establecer y profundizar nuestras relaciones hacia el ambiente y aquellos con quienes lo compartimos. A lo largo de la historia del arte se han dado varios ejemplos de la incidencia del arte en Espacios Públicos, transitando desde la monumentalidad de las civilizaciones antiguas, cuyas obras artísticas y arquitectónicas establecen el pilar de su ideología y su cosmogoníaii. Un punto relevante para el arte publico occidental fue el periodo Clásico de la civilización Helena, en la Atenas del siglo V a.C., periodo conocido como el Siglo de Perícles, donde el proyecto plástico, arquitectónico, filosófico, político y dramático de la ciudad, pretendía generar una cultura global, un entorno universal que terminaría por asentar la ideología de una misma civilización: por ejemplo, la idea del Ágora, como punto de intercambio social, participación, debate y encuentros artísticos, apuntala nuestro entendimiento actual de la misión que los Espacios Públicos desempeñan en nuestras ciudades. Podemos decir, entonces, que la constitución del Agora en la antigua Atenas significaba a la ciudad de la misma manera en que las intervenciones artísticas en el espacio público nos significan actualmente.


La Edad Media fue, al igual, un ejemplo interesante de arte público que pretendía generar un entorno común. A este respecto, las mayores representantes fueron las Catedrales pues, dejando de lado la ideología que las constituye, éstas eran los corazones de las grandes ciudades; sus muros podían ser leídos y entendidos, su espacio apuntaba a ser habitado y compartidoiii; los artistas (en este caso, arquitectos), se daban a sí mismos ciertas libertades creativas con el significado de los símbolos que tallaban en las paredes, cuyas interpretaciones eran cercanas a la comunidad en torno a la Catedral.


Otro punto de interés en el desarrollo del arte en el Espacio Público se encuentra en el discurso posmoderno, donde el paisaje urbano se alza como un sitio voraz, distante de la experiencia humana:


La posibilidad de un arte relacional -un arte que tomaría como horizonte teórico la esfera de las interacciones humanas y su contexto social, más que la afirmación de un espacio simbólico autónomo y privado- da cuenta de un cambio radical de los objetivos estéticos, culturales y políticos puestos en juego por el arte moderno (Bourriaud 2008, 13)


Entonces el arte, actualmente, debe de ser capaz de relacionarse y transmitir el contexto social y cultural de la sociedad en donde se desenvuelve. Así, bajo las ideas de Bourriaud, el arte es un punto de encuentro, pues es una actividad basada en el intercambio, no sólo de símbolos, pero de significados sociales también. De este modo, podemos referir brevemente a otro antecedente: las acciones encausadas por el movimiento de la Internacional Situacionista a mediados del siglo XX, cuyas acciones pretendían generar situaciones específicas al pensar el habitar el espacio como una acción artística en síiv.


INTERVENCIONES EN EL ESPACIO PÚBLICO


Una llave para la creación de una cohesión social es la creencia que el arte público, o los procesos a partir de los cuales es creado, es capaz de encausar un sentido de inclusión. Bajo este indicio, el arte público debe ser capaz de generar un sentido de pertenencia, amalgamando la conexión entre ciudadanos, el paisaje urbano y su significado como sitios a partir de los cuales, la subjetividad es construida[...]v. (Sharp, et al. 2005, 1003)


Esto último nos conduce a hablar directamente sobre las intervenciones artísticas en el espacio público como una acción contemporánea que busca recuperar el espacio, quizá no transformando la ciudad en una obra artística, pero ayudando a crear un paisaje urbano significante y, así, transformar también el tránsito cotidiano de los ciudadanos en un trayecto significante.


Esta clase de expresiones es usualmente utilizado como una herramienta política, al ser, el Espacio Público, el punto de unión entre la naturaleza relational del entorno con el debate publico. Sin embargo, muchas expresiones se conforman sin buscar una agenda específica fuera de mejorar la relación ente los usuarios con su ambiente: el arte tiene esta cualidad de flexibilidad y adaptabilidad, propia de su origen humano.


De esto último, podemos tomar como ejemplo a Anish Kapoor, cuyas obras artísticas ejercen un cambio directo en el entorno, buscando generar experiencias entre los usuarios. Me viene a la mente su obra Sky Mirror, la cual refleja sobre su superficie pulimentada los constantes cambios del ambiente, haciendo a los espectadores parte de algo que, a pesar de ser obvio, ajeno a nosotros muchas veces: el cielo mismo. Acciones como esta, hacen de las intervenciones en los espacios públicos una aproximación contundente hacia los espectadores, encausando debates y permitiendo que las ideas sean generadas en torno a aquello que quieren decirnos, acercándonos a aquello que debería ser evidente y cercano a nosotros: nuestro hábitat.


UN EJEMPLO: ALAS DE LA CIUDAD


Considerando la labor que Jorge Marín, escultor mexicano, una acción que me parece un ejemplo valioso es la intervención realizada con sus obras en uno de los camellones del Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México. En esta acción, 13 esculturas monumentales de bronce fueron montadas a lo largo de un camellón, dando pie a un paseo surreal en el corazón de la Ciudad. Esta misma acción fue replicada, posteriormente, en diferentes estados de la república y, desde ese momento, trascendió las fronteras y, actualmente se encuentra en itinerancia por Estados Unidos.


Muchas veces, una obra artística está limitada a un contexto de interpretación, en especial hablando del arte expuesto en museos y galerías, cuyas mediaciones curatoriales, aunando al contexto institucional, permean y muchas veces limitan el significado de las obras. Lo que ha ocurrido con Alas de la Ciudad, como fenómeno expositivo, es que cada una de las esculturas, interviniendo el espacio, la ciudad en sí misma, son significadas por las interactions específicas encausadas por los usuarios, ampliando y complementando el significado original que cada obra posee. De nuevo, una pregunta pertinente a preguntarse el ¿Por qué? ¿Qué ocurre con las obras de arte que son capaces de significar y acercarse a las personas sin importar en donde se encuentren? Esa es una de las características rectoras de las intervenciones en espacios

públicos: el hecho de que puedan canalizar un acercamiento multicultural pues las acciones en espacios públicos, abiertos, requieren la participación de sus múltiples personajes, sin importar su antecedente cultural específico. A este respecto, podemos encontrar en la sociología una explicación referente a una experiencia no sólo multicultural, sino a la interculturalidad encausada por el arte:


La noción de interculturalidad introduce una perspectiva dinámica de la cultura y de las culturas; se centra en el contacto y la interacción, en la mutua influencia, el sincretismo, el mestizaje cultural; esto es, la interacción sociocultural en el contexto de la globalización económica, política e ideológica[...]. Se habla de ciudadanía común y diferenciada. (Jimenez, et al. 1997).


Como parte de un instrumento social diverso, permitiendo y aceptando las múltiples significaciones que cada espectador puede crear y establecer con respecto a las obras, entendiendo así al arte, como actividad y medio que encausa interacciones significantes, flexibles y diversas. El arte necesita de esta diversidad para mantener a su naturaleza simbólica viva y así, la lectura realizada por cada individuo tiene de determinada obra, varía y muta, pero nunca se ve negada. El verdadero multiculturalismo, aspirando a un interculutralismo, debe de verse encarnado por acciones desinteresadas: algo que no apunta a un fin determinado, más allá de conformar un entorno cultural social.


ALAS DE MÉXICO: UN ESTUDIO DE CASO


Se debe de tener, siempre, el contexto del punto de origen de una obra de Arte: en este caso, la Ciudad de México es, y siempre ha sido, una ciudad en desarrollovi: su proyecto urbano está siempre en constante transformación. Se puede pensar en un organismo vivo que esta creciendo, mutando, adaptándose y esparciéndose a lo largo del territorio, dando pie a cinturones suburbanos que encierran un centro atestado. Una ciudad en desarrollo que no puede detenerse, una Megalópolis. Entonces pensemos en los habitantes de tal espacio: el crecimiento de la ciudad en inversamente proporcional al desarrollo humanovii, lo que implica que las personas viven cada vez más aisladas de poder disfrutar de un espacio vivible, limitando su interacción a entornos más bien funcionales y competitivos. Una llamada para actuar se grita desde las calles aglomeradas: se necesita algo que nos abrace, de algún modo; algo que nos detenga en el ímpetu histérico para sentir:


Una de las situaciones más opresivas, característica de las ciudades contemporáneas—ciertamente, una que preocupa a los ámbitos académicos y políticos— es como alcanzar una mayor inclusión social en ciudades que, atascadas en su misión de aumentar su posición competitiva en una creciente economía globalizada, son caracterizadas por profundizar la inequidad socioeconómica y la segregación.viii (Sharp et al. 2005, 1005)


A este gran acertijo, el arte parece ser una de las respuestas más tangibles. De la acción original, la exhibición Alas de la Ciudad, una obra resaltó, Alas de México: Una escultura de bronce de 3.20 x 3.50 x 1.50 metros, en la cual, a primera instancia, vemos dos alas montadas en un marco de hierro, el cual las levanta un metro sobre sobre los tres. Proporcionalmente, su envergadura puede clasificarse como monumental; sin embargo, comparadas a la altura promedio humana, parecen de tamaño natural pues, antes que nada, es una obra pensada para ser aproximada directamente por el público.


Refiriendo al fenómeno particular que esta escultura ha tenido en la Ciudad de México, es necesario aclarar que la escultura fue primero parte de la exhibición mencionada y, posteriormente, dado su impacto y el acercamiento que las personas entablaron hacia ella, donada a la Ciudad. Este acercamiento publico aún se da, superando toda expectativa, sin importar el medio social, económico y cultural, del público que la visita.


Globalmente, esto significa que la escultura triunfó en su impostura de reclamar el espacio que la envuelve: un camellón en medio de una de las avenidas más importantes de la ciudad, justo entre dos entidades abrumadoras para la cultura citadinaix: El Museo Nacional de Antropología y el Bosque de Chapultepec. Y sin embargo, a través del tiempo en que la escultura ha habitado el espacio, ha conseguido volverse un símbolo de la ciudad por derecho propio, en donde, tanto turistas, paseantes, trabajadores, conmutadores, novias, quinceañeras y fotógrafos, ente otros, se dan encuentro, en un espacio que pueden nombrar como suyo en un fragmento temporal que pueden llamar propio. Haciendo eco de una de las grandes propuestas del multiculturalismo:


[la] creación de un espacio donde la identidad de las personas sea afirmada, y donde la gente sienta que puede hacer uso del espacio sin sentirse conspicuos o juzgados por personas propias de distintos círculos culturales. En pocas palabras, un ambiente multicultural “exitoso” es uno donde la sensación de confort de varios grupos se combina con un diseño óptimo para dar pie a una atmósfera que pueda nutrir muchas preferencias. Un lugar que cobije interacciones sociales mientras, a la par, genera distintos espacios donde las cultural individuales son resaltadas y celebradas.x(Knapp 2009)


Alas de México triunfa al crear un ambiente multicultural, en parte dada su locación céntrica, en parte por la conformación de la obra en sí, pues apela al espectador a partir de la moda contemporánea de capturar fotográficamente cada instante y, a este respecto, es una obra apta para su tiempo, otra gran característica del multiculturalism artístico: la significación de una obra que, a pesar de ser adaptable, siempre debe dialogar con el tiempo que la cobija.

Simbólicamente, quizá esta acción recae también en la sutileza propia de la obra pues, aunque la obra de Marín está influenciado por el tratamiento corporal renacentista y la teatralidad barroca de la emociones humanas, esta escultura bien puede ser considerada minimalista: dos alas, y nada más, dos alas y el espectador que se para frente a ellas, las viste, las significa. No requiere un contexto específico, al menos no desde el punto de vista iconológico, pues el significado implícito es inmediatoxi, así, la obra permanece abierta a toda interpretación y a las relaciones que puedan darle implicaciones personales a su símbolo.


Parece, entonces, conquer en un concepto mucho más amplio: la democratización del arte. Una obra pensada para el público significa que su concepto, entendimiento y apropiación subjetiva es siempre válido. Un arte democrático es naturalmente distante de las instituciones fuera de la institución públicaxii: su definición común refiere a que cualquier individuo puede desempeñarse en las artes, no sólo la especializada esfera de la cultura. Y ese es uno de los grandes problemas: un arte democrático tambalea a la esfera en el poder, permitiendo una forma creativa de pensar e interactuar con el espacio que, en nuestra actual lógica urbana, debe ser vacua.


Sea que una pieza toca a un individuo o no, en un nivel emocional—y esto es probablemente la verdadera prueba de fuego de si una obra califica como arte o no—depende de una infinidad de pequeños factores. Prejuicios e influencias sociales son apenas una pequeña porción de la fotografía: mucho esta sustentado en el historial de vivencias de la persona y los prejuicios y preferencias que ha adquirido a través de ellas. Esto es, también, la fuente del arte: cuando una experiencia, emoción o lugar, toca a un individuo tan profundamente que no puede evitar sentir la necesidad de crear o, al menos, registrar su propia interpretación y representación de la experiencia.xiii(Thein 2014)


Y este “registro” de experiencias puede ser entendido como la relación que tanto la obra como el espectador entablan con un espacio humano, trascendiendo el establishment de cómo un lugar debe ser usado y relacionado. Alas de México ha sido una amplia y cambiante experiencia como proyecto artístico, patrimonial y cultural. El acercamiento del público hacia la obra, aunque intencional, ha sido sorpresivo, pues hace manifiesto que el arte es un gran mecanismo para encausar cohesión social e interacción. El arte como un medio de transformación espacial.


CONCLUSIONES


Entonces el arte se entiende como una herramienta para construir y dar forma a nuestras comunidades; el arte como una de nuestras más contundentes marcas que nosotros, humanos, dejamos sobre la tierra; manifestación de nuestro intelecto, síntesis de la noosfera: el espacio donde nuestra naturaleza simbólica se encuentra con el mundo real a través del ominoso acto creativo. Quizá un punto de encuentro que ambos, el arte y los espacios urbanos, tienen en común: ambos dan testimonio del paso del hombre por la tierra, ambos son marcadores en nuestra historia universal. Esta naturaleza compartida, este núcleo conceptual hace obvio que ambos, arte y ciudad, coexistan para generar un ambiente realmente humano, propicio para que las personas se desenvuelvan, y donde todas las manifestaciones culturales sean bienvenidas del mismo modo, con miradas inclusivas y mentes abiertas.


Alas de la Ciudad, como un proyecto global, y Alas de México, como un ejemplo particular, muestran que, al final, la sociedad es quien define y establece el verdadero significado de una obra de arte, y esa es la manera en que debe ser: los artistas, como creadores, son comúnmente vistos como realizadores que sintetizan en sí el espíritu de una época y, así, el arte refleja lo que la sociedad necesita ver y proyectar. Y las intervenciones en espacios públicos son fundamentales por eso, las obras son instaladas en espacios donde las manifestaciones sociales ocurren.


El arte como aquello que abraza a una sociedad que, cada vez más, necesita dónde refugiarse.




BIBLIOGRAFÍAA Y FUENTES CONSULTADAS


GOMEZ AGUILERA, FERNANDO. 2004. “Arte, ciudadanía y espacio público” On the W@terfront 5: 35- 51. Visitado en agosto 4, 2016. URL: http://www.ub.edu/escult/Water/N05/W05_3.pdf

BOURRIAUD, NICOLAS. 2008. Estética Relacional. Trad. Cecilia Beceyro y Sergio Delgado. Argentina: Adriana Hidalgo.

SHARP, JOANN. POLLOCK, VENDA. PADDISON, RONAN. 2005. “Just Art for a Just City: Public Art and Social Inclusion in Urban Regeneration” Urban Studies 42. Visitado en agosto 24, 2016. URL: http://usj.sagepub.com/content/42/5-6/1001.full.pdf

JIMÉNEZ, CARLOS. MALGESINI, GRACIELA. 1997. Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e interculturalidad. Madrid: La cueva del oso.

KNAP, COURTNEY. 2009. “Making multicultural places” Project for public spaces. Enero 1, 2009. Visitado en agosto 23, 2016. URL: http://www.pps.org/blog/multicultural_places/

THEIN, MING. 2014. “On the democratization of art” Ming Thein Photography. Diciembre 14, 2014. Visitado en agosto 25, 2016. URL: https://blog.mingthein.com/2014/12/14/on-the-democratization- of-art/



NOTAS Y COMENTARIOS

i «[...]est un terme polysémique qui désigne un espace à la fois métaphorique et matériel. Comme espace métaphorique, l’espace public est synonyme de sphère publique ou du débat public. Comme espace matériel, les espaces publics correspondent tantôt à des espaces de rencontre et d’interaction sociales, tantôt à des espaces géographiques ouverts au public, tantôt à une catégorie d’action.» Traducción del Autor

ii Como breve ejemplo: El are babilonio, reflejado en su arquitectura y sus bajo relieves, cuyo significado público apuntaba a crear una ideología común y una identidad cultural; así como demostrar la majestuosidad de la ciudad, principalmente hacia los extranjeros, haciendo entonces de su riqueza artística una bandera política.

iii Por ejemplo, en el marco de muchas catedrales, se establecía un mercado local.

iv Una de las acciones favoritas del grupo era la deriva: una forma de caminata no planificada ni cartografiada, cuyo andar a lo largo de la ciudad debía comprenderse más como un tránsito emocional haciendo entonces de la acción cotidiana de caminar sin destino una actividad artística.

v «Key to the creation of social cohesion is the belief that public art, or the processes through which it is produced, is able to create a sense of inclusion. By this token, public art should be able to generate a sense of ownership forging the connection between citizens, city spaces and their meaning as places through which subjectivity is constructed[...]» Traducción del Autor.

vi No (sólo) respecto a la clasificación de México como un país en vías de desarrollo.

vii Entendiendo, pues, humano en su denotación humanitaria.

viii «One of the more [sic] pressing issues characterising contemporary cities—certainly one which preoccupies much academic and policy debate—is how to achieve greater social inclusion in cities which, locked into the task of enhancing their competitive position in an increasingly globalised economy, are characterised by deepening socioeconomic inequalities and increasing segregation.» Traducción del autor.

ix Que bien podrían, en algún momento, haber disminuido el impacto de la obra.

x «[t]he creation of a space where people’s identities are affirmed and where people feel they can use the space without feeling conspicuous or looked down upon by people of different cultural groups. In short, a ‘successful’ multicultural environment is one where various group’s sense of comfort is combined with good physical design to create an atmosphere that can nurture many preferences; a place that fosters social interaction while simultaneously creating distinct “spaces” where individual cultures can be emphasized and celebrated.» Traducción del autor.

xi El reconocimiento inmediato de aquello que es representado es una característica fundamental del arte figurativo, escuela que sigo y mantengo con mi arte.

xii No Instituciones Públicas, sino las instituciones sociales globales que enmarcan al amplio público.

xiii «Whether a work touches an individual or not at an emotional level – and this is probably the real litmus test of whether something qualifies as art or not – depends on a huge number of factors. Societal biases and influences are but one small portion of the picture: a lot of it is also down to the history of experiences of that person and the biases, preferences, likes and dislikes they have acquired as a result of those experiences. This is also the source of art: when an experience, emotion or place touches an individual so deeply they cannot avoid the need to create, or at least record their own interpretation and representation of the experience.» Traducción del autor.

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